miércoles, 27 de junio de 2012

Tres metros sobre el cielo



Título: Tres metros sobre el cielo
Autor: Federico Moccia

Ficha anobii

Dicen que para criticar algo, hay que conocerlo, así que en cuanto tuve la oportunidad me lancé a por los famosos libros del señor Moccia que tanto han dado que hablar en los últimos años.

Pues efectivamente, no merece la pena. Tardé casi 3 meses en leerlo porque se me hizo infumable: infantil, aburrido, carente de toda lógica y argumento razonable... Creo que ni a los 15 me hubiese gustado, pero al menos hubiese tenido más lógica en aquella época.

No entraré demasiado a debatir sobre el tema de los roles de género que plantea esta novela. Me limitaré a señalar que me parece lamentable ver cómo todo el trabajo que se hace para terminar con las desigualdades se ve anulado después por culpa de pseudoliteratura como la que hace este señor. Un tío llega, la acosa, la maltrata física y psicológicamente y ella va y se enamora, porque con su amor de por medio, todo va a cambiar. Y no sólo no cambia, sino que su vida se convierte en una locura insostenible desde que está con él. Eso sí, cuando ella le deja, el autor no duda en plantearnos al protagonista como un perrito abandonado, para que podamos empatizar con él y nos dé pena, pobre muchacho, con la vida tan dura que ha tenido, habrá que quererle. Y así nos luce luego el pelo.

Lo propondría como literatura entretenida y simplona para el verano, pero lo cierto es que, bajo mi punto de vista, ni siquiera es entretenido. No me interesan las motos ni los malotes haciendo dominadas, y en esto se basa el 80% del libro. Totalmente prescindible.

Puntuación: 2 sobre 5

miércoles, 20 de junio de 2012

Los enamoramientos



Título: Los enamoramientos
Autor: Javier Marías


Tengo la suerte de contar con un reducido círculo de buenas amistades aficionadas a la literatura que cuentan, además, con gustos similares a los míos. Fue a través de una de estas personas que oí hablar del último libro de Javier Marías, así que en cuanto tuve la oportunidad, me lancé sobre él. 

He de decir que al principio me impactó, me emocionó, me hizo llorar como una cría ante la muerte de Desvern... pero esta sensación se desvaneció antes de llegar a la página 80. Y lo peor es que no sólo se desvaneció, sino que se transformó en el más puro aburrimiento, acompañado de una terrible desgana. Leí en una crítica en anobii que decía que Marías es "el típico viejecito pesado que te cuenta su vida, que no te interesa, pero le escuchas por pena". No podría estar más de acuerdo. Me da la sensación de que el señor Marías no tiene a nadie que escuche sus reflexiones sobre lo divino y lo humano, así que las plasmó sobre un papel, inventó un argumento que podría haber dado lugar a un best-seller sin pretensiones de no ser por toda la paja intelectualoide que nos cuela entre medias... y nos la metió doblada. Así pues, Los enamoramientos se queda en medio de todo y de nada. Para aquellos que busquen una novela sencilla y entretenida, no la encontrarán: el exceso de vocabulario rebuscado y las reflexiones del señor Marías les harán echarse atrás antes de llegar al día siguiente. Aquellos que buscan algo un poco más elevado no tardarán en captar el tufillo soberbio y pedante impregnado en cada página. Da la sensación de que utiliza un abundante número de palabras poco comunes no porque vengan al caso, sino para que todo el mundo sepa que las conoce y, además, sabe utilizarlas. 

Supongo que toda esta parafernalia literaria podría justificarse si de ella salieran unos personajes perfectamente definidos, con un perfil psicológico apasionante y atrapador (o atrapante, o lo que sea, porque en la RAE no viene ninguna de las dos y yo no sé cuál sería la forma correcta), pero tampoco es el caso. Aburren soberanamente y no aportan al lector la empatía que provoca un buen personaje.

En definitiva, una novela que podría haberme gustado de haber sabido escoger un público objetivo y haberle dado lo que estaba esperando. Una cosa es que cada uno escriba en sus libros lo que le dé la gana, que para eso están, y otra muy distinta es que valga todo porque soy Fulanitodetal, que sospecho que es más bien por donde van los tiros en este caso.

Puntuación: 3 sobre 5

viernes, 1 de junio de 2012

Eneida



Título: Eneida
Autor: Publio Virgilio Marón

Ficha anobii

A la hora de leer este libro, así como de reseñarlo, me he visto en la coyuntura de elegir si lo hago desde mi punto de vista como lectora en general o como estudiante de Filología en particular. Como al final convivo con ambos cada día, voy a intentar no extenderme mucho, aunque la ocasión lo merezca.

Partimos de la base de que la épica no me gusta en absoluto. Llevo 8 años estudiando latín y griego y no había leído la Ilíada, la Odisea ni la Eneida. Pero mira tú por dónde que en un arranque de motivación me dio por coger por banda (¡por fin!) una de las obras cumbre de la literatura universal.

Si bien me ha resultado tedioso debido al género, es innegable (y redundante, porque no seré precisamente la primera que lo diga) que es, sencillamente, una obra maestra. No soy partidaria de juzgar las obras relacionándolas con su contexto, puesto que una obra, si es buena, perdura en el espacio-tiempo sin importar en qué condiciones se haya concebido la obra (como es el caso). No hay más que leer algo acerca de la transmisión de los textos para darse cuenta de que, desde el principio, se supo ver que la calidad de esta obra merecía la pena lo suficiente como para hacer el esfuerzo de preservarla, frente a tantas otras que se quedaron por el camino.

A lo largo de esta lectura he pensado a menudo en todos aquellos que son fervientes admiradores de la saga El señor de los anillos y similares, preguntándome cuántos de ellos habrán echado mano al poema épico por excelencia (discúlpenme los helenistas aquí presentes, si los hubiera, pero es que una servidora siente debilidad por el latín y todo lo que le rodea). A cualquier lector en general, aunque le salgan sarpullidos al ver las eternas listas de libros que hay que leer antes de morir, denle una oportunidad: al menos nadie podrá decir que no lo han intentado.

He dudado mucho a la hora de otorgarle una valoración numérica que iba desde el 3 hasta el 5. He de reconocer que se me ha hecho pesado, casi eterno, y que si no hubiese sido por obligación (porque ya me daba hasta vergüenza seguir preparándome los exámenes de lecturas con el resumen de la Wikipedia), seguramente seguiría cogiendo polvo en la estantería. Pero a pesar de que el fondo no me convenza (no es que no me guste la épica, ¡es que creo que la odio con todas mis fuerzas!), la forma es, sencillamente, impresionante. Una no puede sino quitarse el sombrero ante este gran poeta que, sin saberlo, ha sido capaz de mantenerse vigente durante siglos y siglos.

Puntuación: 5 sobre 5